YERMA
Yerma (1934) es una obra teatral popular escrita por Federico García Lorca que desarrolla una tragedia de ambiente rural. El tema principal es el instinto frente a la represión, ya que Yerma lucha porque su instinto le dice que debe ser madre, pero no lo logra, y por eso termina odiándose. Por un lado, a través de un gesto radical, se libera de la esterilidad de Juan, aunque no de su tragedia personal. Por otra parte, la determinación de Yerma de matar a Juan obedece en parte a su deseo de cumplir con una función impuesta por la sociedad; quiere tener hijos como las mujeres casadas que viven a su alrededor, pero al no poder tenerlos se libera de la carga matando a su marido.
Lorca utiliza una amplia serie de símbolos como recursos para marcar los sentimientos o las situaciones de los distintos personajes a lo largo de la obra (tanto en Yerma como en otras muchas). Algunos de estos son: la imagen y mención al agua de lluvia o la fuente, que representan la fecundidad; del agua corriente y la leche, que es la esperanza que tiene la mujer de quedar embarazada; las flores (sobre todo la rosa), que son la alegría ante la maternidad; en cambio, la roca, la sequedad, la arena y las sombras simbolizan la esterilidad, mientras que el muro representa el impedimento.
Lorca utiliza una amplia serie de símbolos como recursos para marcar los sentimientos o las situaciones de los distintos personajes a lo largo de la obra (tanto en Yerma como en otras muchas). Algunos de estos son: la imagen y mención al agua de lluvia o la fuente, que representan la fecundidad; del agua corriente y la leche, que es la esperanza que tiene la mujer de quedar embarazada; las flores (sobre todo la rosa), que son la alegría ante la maternidad; en cambio, la roca, la sequedad, la arena y las sombras simbolizan la esterilidad, mientras que el muro representa el impedimento.